El alza mensual de la gasolina y el aumento en el cobro de los peajes, es una triangulación financiera que gradualmente le expropia los recursos a los conductores, transportadores y particulares, afectándoles una futura inversión y el ahorro familiar, pero que al final le estrangula la economía a cada ciudadano.
Así se puede analizar la economía nacional que está implantando el presidente de la República, Gustavo Petro, quien no expropia sus bienes como lo hace cualquier dictadura o gobierno socialista, pero sí asfixia a quienes tienen la disponibilidad de pagar el galón de combustible y el peaje, generando alza en los productos básicos de la canasta familiar que termina en una carestía.
A mediados del presente año, la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, anunció un aumento de 600 pesos mensuales por galón y desde entonces, los colombianos estamos a punto de terminar un semestre con los precios exorbitantes por galón de gasolina, incremento que se aplica mes a mes y que “busca enfrentar los desafíos en la industria petrolera y garantizar el suministro de combustible en el país”. Honestamente la justificación que entrega el Gobierno del presidente Gustavo Petro en torno al aumento mensual de la gasolina está por fuera del contexto político nacional, más aún cuando el mismo aumento se adjudica a las malas administraciones anteriores.
Algunos teóricos de la ciencia económica pueden considerar que la ‘expropiación financiera’ puede ser un galimatías por la impropiedad de las dos palabras, pero con el solo hecho de existir un propósito público y un cobro inu-sitado mensualmente en el aumento en los precios del galón de la gasolina, genera consecuencias entre quienes tienen el negocio del transporte, impactando en los costos del flete, la logística y afectando los precios del producto final. Todo esto, genera efectos inflacionarios entre los costos de producción y el transporte de bienes y servicios, además, impacta directamente el poder adquisitivo de los consumidores, disminuyendo el disponible de los colombianos.
Cuando escucho a muchos defensores del Gobierno justificar el aumento en los precios del galón de la gasolina para quitarle el dinero que tienen los ricos, considero que es un craso error de quienes propugnan ese tipo de doctrina política y económica, simplemente porque están desconociendo la afectación que tiene el consumidor final que puede ser él mismo, antes por el contrario, los productos básicos de la canasta familiar están más cercana de la economía informal en donde los campesinos y productores por su misma capacidad limitada utilizan el transporte local, mientras que los grandes productores por su mismo volumen de carga tienen más facilidad de distribuir el aumento del flete al momento de transportar sus productos. De ser así, nos preguntamos ¿Existe la expropiación financiera?