“Nunca falta un pájaro en el alambre”, le escuchamos decir constantemente a Luis Eduardo Acosta Medina, cuando hace alusión al refranero que le enseñó su señor padre Evaristo Acosta, e interpretamos ese aforismo como un mensaje doctrinal que se está convirtiendo en regla general de los guajiros en querer oponerse a todo, aún con conocimiento o desconocimiento al tema, pero lo más molestoso del caso, es que no dan alternativas, no proponen y mucho menos le buscan solución a lo que se resisten.
Los virtuosos del negativismo en nuestra región tienen una disposición y una capacidad para ponerse en desacuerdo en la mayoría de las iniciativas y proyectos que vayan encaminado a ejercer una buena causa, pero también tienen actitud de admitir y comulgar con las cosas que van en contra de los intereses de las personas de bien.
Lo que a diario escuchamos de quienes se oponen a todo menos a lo que le haga daño a los guajiros, nos va corresponder hacer en Diario del Norte un banco de oposiciones con una caracterización georreferenciada para que las entidades o empresas que vienen con proyectos no traigan nada y sigamos en el ostracismo, tal como muchos dirigentes políticos y particulares quieren llevar a este Departamento que con sus posiciones obtusas están frenando el crecimiento y desarrollo de las oportunidades que otros guajiros de bien logran conseguir.
Somos felices en los parques o en las esquinas, quejándonos de la falta de oportunidades laborales para un hijo, hija o un familiar, pero a la hora que se comienza a instalar un proyecto que va a generar empleo y de inmediato se oponen con comentarios esquineros o en redes sociales hasta que el proyecto o iniciativa se caiga de una vez por todas para seguir en los tertuliaderos quejándose del gobernante de turno.
Hoy es vox populi en La Guajira varios proyectos en la cual el cartel de los pesimistas están accionando su arma de defensa. Nos referimos a la construcción del nuevo parque eólico en la Alta Guajira, cuyos equipos fueron descargados en Puerto Brisa y trasladados vía terrestre a Uribia. En La Jagua del Pilar la queja era que su familiar le corresponde trasladarse a Valledupar porque en ese municipio no hay oportunidad laboral y de inmediato en plena fase de estudios sobre la viabilidad de practicar la minería de cobre, salieron los opositores que sin tener mayores argumentos, se están oponiendo a lo que no saben.
Y qué decir de los usuarios de la Plaza Santander en San Juan del Cesar, quienes se venían quejando que están dejando acabar el lugar y apenas escucharon de su adecuación y mejoramiento, salieron los opositores con el fin de hacer un populismo de baja ralea, y así sucesivamente de los tantos proyectos que no dejan trabajar o desaniman al funcionario que al final con tanta fregadera, solo dice en silencio: “Entonces jódanse”.
Fe de erratas: léase plaza Bolívar en vez de Santander.