Amaneció hoy el departamento de La Guajira bajo una nueva amenaza de cierre vial. Un nuevo bloqueo en donde sus dirigentes quieren llamar la atención del Gobierno nacional para que se sienten en una mesa de trabajo, para analizar el cumplimiento de viejas promesas que se quedaron en las actas, como clásica letra muerta.
En esta oportunidad la hora cero fue declarada por el Movimiento Social Sumain Wayuu, Consejo Comunitario Afrodescendientes Negros de Cañaverales, Consejo Comunitario Afrodescendientes Ana Carmen Cortez de Caracolí, Campesinos sin tierra-Maicao, Asorroblistas, Comité No al tránsito de San Juan y Firmantes del Acuerdo de Paz, con bloqueos en todo el departamento de La Guajira.
Prácticamente, las razones son las mismas que se han venido exponiendo durante mucho tiempo en esta región, pero que confidencialmente, arrecian cada vez que se aproxima un debate electoral.
Los miembros de estas organizaciones argumentan la existencia de una burla al compromiso del Estado por la Reforma Rural Integral para las y los habitantes del campo definido en el Acuerdo de Paz; la amenaza de nuevos proyectos mineros de cobre y carbón en el sur del Departamento, la creciente inseguridad que pone en riesgo la vida de líderes y lideresas sociales; la carencia de agua que afecta a los pueblos indígenas y a la población en general, aun teniendo represados 198 millones de metros cúbicos de agua dulce en la represa El Cercado, construida sobre el río Ranchería; la corrupción que sigue prevaleciendo en los programas de primera infancia del Icbf; la falta de inversión en educación y salud; la ausencia de soluciones a la problemática del transporte informal; así como la falta de atención diferencial en los programas, planes y proyectos de intervención.
Son problemas reales que vienen gravitando sobre todas las esferas sociales de la península, que la han convertido en uno de los territorios más atrasados de este país, que lidera la mayor pobreza monetaria de una Nación, como Colombia, a quien se le califica con un bajo desarrollo institucional.
El problema es que, todos los habitantes del Departamento conocemos, sufrimos y nos apena el estado de postración en que nos encontramos. Por eso no entendemos que sigamos haciéndonos el harakiri al mejor estilo japonés, frenando el desarrollo, exigiendo que nos envíen comisiones desde Bogotá, que no tienen poder decisorio, levantar actas que pasan al ‘cuarto de san alejo’.
La mayoría de los problemas expuestos por los convocantes de la ‘hora cero’, corresponden al resorte nacional. Lo más lógico, es que lleguemos a la Plaza Bolívar, frente al palacio de Justicia, la sede del Congreso y la Casa de Nariño, para mostrar la gravedad de los problemas que registra uno de los principales generadores de regalías para este país. Este es un país centralizado, entonces hay que llevar los reclamos ante quienes los pueden resolver.