Recientemente fueron aprobados los 1.200 documentos técnicos presentados por la empresa de servicios públicos de la Guajira, al Viceministerio de Agua Potable, para la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales para la ciudad de Riohacha.
La entrega de los documentos es el resultado del trabajo planificado que cumple la gerente de la empresa de Servicios Públicos, Andreina García, para lograr que el proyecto sea una realidad.
Inicialmente se aseguraron los recursos para la compra del lote, luego el Ministerio del Interior, cumplió con el proceso de consulta previa, que se desarrolló sin mayores traumatismos.
El gobernador de La Guajira, Jairo Aguilar Deluque, aumentó el monto del aporte de recursos de regalías de 15 mil millones a 25 mil, más los 50 mil millones del Gobierno nacional para un total de 75 mil millones que cuesta el proyecto.
Los recursos se encuentran asegurados, y se prevé que antes de finalizar este año, se abra la licitación pública para garantizar que por fin la ciudad de Riohacha cuente con su planta de tratamiento de aguas residuales.
Alrededor del proyecto también confluyen otros actores como la Administración Distrital, que de manera oportuna entregó toda la información requerida para avanzar en el proyecto.
La planta de tratamiento de aguas residuales, es una necesidad urgente de la ciudad, una obra que la comunidad viene exigiendo hace mucho tiempo, y que será una realidad toda vez que el proyecto inicial de las famosas lagunas de oxidación fue un fracaso.
La empresa de Servicios Públicos, cumple un papel clave para el desarrollo del proyecto, de allí que el trabajo planificado y en equipo ya esté arrojando unos primeros resultados positivos.
La planta de tratamiento de aguas residuales, se encarga de recoger las aguas procedentes de una población o sector industrial y eliminar sus sustancias contaminantes.
El objetivo es devolver ese recurso al ciclo de agua, ya sea mediante su vertido a los cauces de agua o bien para su reutilización en actividades como la agricultura.
El agua que entra en las plantas se somete a procesos de tipo físico, químico y biológico con la finalidad de eliminar los contaminantes presentes en el agua.
Una vez entre en operación la planta de tratamiento de aguas residuales, la ciudad gana pero especialmente su gente porque favorece a la salud pública y al medio ambiente.