Tras la reunión en Cartagena del presidente colombiano, Iván Duque Márquez, y el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, en la que se discutieron los principales temas que preocupan al país norteamericano, como la situación en el vecino país, la Cancillería venezolana se pronunció.
La cancillería venezolana dijo en un comunicado que Estados Unidos y Colombia «pretenden subyugar y vulnerar» la «soberanía y determinación del pueblo», al tiempo que les instó a que «se mantengan al margen» de sus asuntos internos.
La declaración de Caracas surge solo horas después de la reunión Duque y Pompeo en la que el colombiano llamó a todos los países que defienden la democracia a «hacer los esfuerzos necesarios» para que se restablezca el orden constitucional en Venezuela.
El próximo 10 de enero, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, asumirá un nuevo mandato de 6 años, que parte de la comunidad internacional anunció que no reconocerá por ser producto de unas elecciones que el Parlamento de ese país (de mayoría opositora) consideró como «fraudulentas».
«Todos los países que compartimos el valor de la democracia debemos unirnos para rechazar la dictadura de Venezuela, y hacer todos los votos y los esfuerzos necesarios para que se restablezca la democracia y el orden constitucional», dijo entonces Duque.
En ese sentido, Venezuela rechazó esas palabras, que tachó como «irresponsables», y conminó tanto al Gobierno colombiano como al estadounidense a centrarse «en la lucha contra las industrias de la guerra y el narcotráfico» en Colombia.
Venezuela ya había dicho que la visita de Pompeo a la región tenía el propósito de «emitir órdenes directas a los gobiernos subordinados» a Estados Unidos para que «escalen sus agresiones» contra la administración de Maduro, enfrentada en lo ideológico con varios países latinoamericanos y el propio Estados Unidos.